¿Qué nos lleva a tener pesticidas en nuestras comidas? La mesa está servida.

Circuló en redes sociales este video donde una cadena de noticias extranjera da cuenta de varias frutas y verduras contaminadas con pesticidas químicos por encima de los límites máximos permitidos o por contener pesticidas no autorizados en el Perú.

Lamentablemente es verdad todo lo dicho en el reportaje y está sustentado por información dada por el mismo SENASA (Servicio de Sanidad Agropecuaria del Perú) en sus informes de monitoreo, algunos de ellos, que hemos divulgado en esta página. (pueden revisar aquí algunos de ellos).

abundance agriculture bananas batch

La presencia de estos productos químicos no autorizados o en altas cantidades en nuestras mesas nos da cuenta de una problemática muy complicada de resolver y que involucra todos los actores en la cadena alimentaria en el Perú como son: agricultores, entidades del Estado en cargados de velar por la seguridad alimentaria, profesionales agrícolas, comercializadores de agroquímicos, comercializadores de alimentos y nosotros como consumidores.

En este artículo intentaremos dar algunas explicaciones sobre el por qué de esta problemática. En próximos artículos hablaremos de los otros actores de la cadena.

Un punto a considerar es la realidad de los agricultores peruanos, desplazados históricamente a la simple labor “no importante” de producir alimentos y trabajar en el campo. Sin capacitación, sin estudios, asistencia técnica, sin conciencia, sin control, sin apoyo ni ganas (en su mayoría) de salir delante de una forma ordenada, sostenible y ética. En realidad no vale la pena estudiar agronomía o interesarse en capacitarse si finalmente el precio del producto a cosechar no cubre los costos de producción, el esfuerzo realizado ni tampoco hay un reconocimiento social por esta labor.

El sistema de comercialización de los alimentos es informal y a lo largo de la cadena de suministro, todos sacan partido: desde el acopiador, el intermediario, el transportista, el mayorista y el minorista. En realidad, el negocio casi sin riesgo esta en la cadena intermedia y no en la producción. Eso deja descolocados a los agricultores en la cadena de valor y toda la cadena se pone en modo “Pepito el vivo”, sacando provecho de donde puedan para seguir en el negocio. Esto incluye obviamente al mismo productor.

También debemos considerar que ante un mal manejo de plagas y enfermedades dado por el productor (y en este punto podemos hablar de productores y profesionales agrícolas con y sin capacitación), la solución rápida y efectiva es colocar el producto pesticida más potente y barato que podamos encontrar para acabar con el problema, salvar la cosecha y salvar el bolsillo. Obviamente, ellos no consumen lo que están produciendo. Es obvio que aplicar varios pesticidas es mucho más barato que aplicar un manejo integrado de plagas y enfermedades (eso, hasta en el nombre suena más complicado)

fruits market

Eso nos deja a los consumidores con una gran responsabilidad al momento de elegir qué comemos. Obviamente sabemos que si los productos vienen de una cadena de comercialización no controlada, desconocida y no ética, éstos van a ser más baratos. Así como reconocemos el valor agregado de otros productos y servicios (telefonía, restaurantes, hoteles, ropa, marcas) podemos darle el reconocimiento y el valor a cadenas de alimentos que nos aseguren han hecho un trabajo serio y formal. Si a esto le agregamos la presión de perfección que le ponemos a los productos: que se vean grandes, uniformes, preciosos, perfectos y que aún así sigan siendo baratos; presionamos a la cadena a seguir buscando el camino fácil y económico para lograrlo. Nosotros los consumidores tampoco estamos exentos de culpa en este problema. Finalmente, somos lo que comemos.

Mario

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