La alimentación, una necesidad básica que no nos importa… mucho.

¿Nos acordamos de la clase de primaria sobre las necesidades básicas del ser humano? Eran: respirar, beber, dormir y alimentarnos.

Alimentarnos, un acto que nos acompaña desde los primeros días del hombre en la tierra y que consiste en darle a nuestros cuerpos alimentos, los cuales nos aportan los nutrientes necesarios para permitir que todo siga funcionando como debe de ser. Abarca desde la selección de los alimentos, su preparación e ingestión, todo para asegurar que sigamos vivos el día de hoy y mañana.

Alimentarnos, últimamente no le damos mucha importancia a esta necesidad básica reducida, hoy por hoy, al acto de meternos algo a la boca de camino al trabajo y esperar que no nos de hambre hasta la hora del almuerzo. Conseguir ese “algo” en un carrito de la esquina, el supermercado o máquina dispensadora.

Preparar nuestros propios alimentos, para muchos de nosotros, es algo que “quita tiempo”, “que no es para mi”, “cosa del pasado”, “imposible en mi vida agitada”, al fin y al cabo, con lo que gano, puedo comer fuera de casa siempre y eso es símbolo de mi nuevo status. ¿Llevar comida casera al trabajo? Eso es para los “no exitosos”.

La cocina de la casa, en tiempos pasados, diseñada para que entre toda la familia, inmensa, llena de artefactos, mesas, grandes fuegos y chimeneas; ahora reducida a un pequeño espacio “kitchenette”, en donde no debe oler a comida y todo debe seguir un rápido proceso de descongelado, calentado y consumo en la barra. Estamos casi hechos.

Tomémonos un tiempo para pensar qué NO vamos a meterle a nuestros cuerpos sino cómo lo vamos a ALIMENTAR a lo largo de esta semana. Pensemos en cómo los vamos a preparar. Eso no nos va a hacer perder el bus del lunes al trabajo.

Hagamos ese ejercicio de planificar nuestras comidas semanales: vayamos al mercado de la vuelta (o super, según sea el caso) este domingo, caminemos por los puestos observando los mejores productos, acerquémonos a olerlos, tocarlos y preguntar de dónde vienen, cómo fueron producidos, quién les dio cariño y cuidado por 5 meses hasta que estuvieron maduritos y listos para la cosecha, de paso que conocemos a la casera o casero (y que seguro conoce más de lo que comemos que nosotros mismos) y pensemos en cómo los vamos a preparar: un estofado, un guiso, una tortilla o una sopita calientita y bien espesa. ¡¡Rico!!

cooked rice and curry food served on white plate

La mesa esta servida…

Mario

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