Esta es la historia de un miembro desaparecido de nuestra ensalada: el tomate redondo.
El tomate, tal y como lo conocemos, es de reciente existencia en nuestro medio. Con origen en los Andes, entre el sur de Colombia y el norte de Chile, su nombre científico es Lycopersicum esculentum y hace referencias al parecido con la belladona y la creencia, según leyendas europeas, que su consumo los convertía en hombres lobo.
Su nombre en español es tomate o jitomate y proviene del vocablo Nahualt (México) “xictomatl”, donde xictli=ombligo, tomohuac=gordura y atl=agua.

Fue llevado por los españoles a Europa en el siglo XVI y se sospecha que las primeras variedades fueron de color amarillo, razón por la cual, en Italia le pusieron el nombre de “Pomodoro” (Manzana de oro)
Hay diversas variedades de tomate en el mundo, algunas son especiales para su consumo en fresco como ensaladas y otras en consumo procesado (salsas, kétchup, deshidratado).
El tomate redondo (que ahora solo vemos en programas de televisión) es el tomate de mesa, de sabor dulce y MUY jugoso. En algún momento desapareció del Perú, reemplazado por los tomates industriales de forma alargada.
La razón por la cual se reemplazaron los tomates de mesa por los industriales fue porque los tomates industriales, son más resistentes a las labores de cosecha y tienen una vida post cosecha más larga (porque están diseñados para soportar cosechas con maquinaria y el traslado hasta la planta de procesamiento). Sin embargo, los tomates de proceso, tienen menos sabor (a tomate) y menos jugo.

El tomate de mesa redondo es el ideal para nuestras ensaladas por su rico sabor, frescura y contenido de agua. Muy pronto vamos a tener en nuestras mesas de nuevo a este ilustre personaje.
¡¡¡Ya no puedo esperar más para prepararme una rica ensalada de tomates!!!
Mario